Está de moda lo de ser influencer. El otro día, en un programa de televisión, vi como una niña de 12 años decía ser influencer porque tenía un canal de Youtube. ¡Cómo nos gusta destrozar términos! El influencer es aquel que influye en la decisión de compra de otros. Así, todos seríamos influencers, porque todos recomendamos a nuestros amigos películas, restaurantes, tiendas… pero la diferencia está en llegar a la masa.
La idea es influir tanto en la decisión de compra de la gente como para que la marca lo note en sus ventas. Lo ideal para ellos es que se agote el producto, como hacen las Kardashian. Que cree expectativa, urgencia, necesidad, que marque tendencia, que sea objeto de imitación por los demás.
Cuando se habla de influencers se mete a los deportistas en el saco. Estamos acostumbrados a ver a Cristiano Ronaldo o a Beckham con un gran número de seguidores que serían capaces de comprarse cualquier cosa que usen ellos. Incluso en los clubes de fútbol más modestos se usa la imagen de sus futbolistas para promocionar gorras o bufandas. “Si lo lleva tu jugador…” aunque sepamos que con eso no saldría a la calle.
¿Y el resto de deportistas? Siempre digo que cada uno tiene su público, que lo difícil es encontrarlo, porque luego la conexión es más fácil. La clave está en que los deportistas creen comunidad de seguidores.
Hace ya algún tiempo, vi en internet como algunos deportistas se quejaban de que las marcas deportivas preferían patrocinar a rostros famosos de otros ámbitos que hacían deporte antes que a ellos. Claro, es que los presentadores y actores son más influyentes. Y no porque sean referentes en deporte, sino porque su alto nivel de visibilidad les ayuda a ser referentes en la vida.
Y es que aquí está la otra palabra clave: referente. Para mí, para ser influencer, primero tienes que ser referente. Y divido dos tipos de referentes: conocimiento y estilo de vida.
Los referentes según su estilo de vida son a los que solemos llamar “famosos”: los que salen en la tele, actores, músicos, deportistas…. Eso de vestir bien, comer de lujo y viajar por el mundo es un estilo de vida que a mucha gente le gustaría imitar. Y no significa que no sean buenos en su trabajo, pero lo que nos cuentan no es lo que saben o cómo lo hacen, sino el qué hacen.
Y por otro lado, están los referentes por conocimiento. Los que llegan a nosotros por ser buenos profesionales que sí que nos cuentan su opinión, lo que saben y cómo lo hacen. Son influencers expertos.
Para que se vea clara la diferencia, un ejemplo: cuando eliges ver una película porque sale tal actor o porque un crítico de cine en el que confías la recomienda.
¿Son mejores unos que otros? Son diferentes. Es como elegir entre calidad y cantidad en cuestión de ventas. Quieres tener clientes de calidad, fieles y comprometidos con la marca, pero te interesa vender en gran cantidad.
Lo ideal, es alguien que sea experto pero que también sea referente de vida. Esto lo saben bien las Kardashian. De hecho, se han repartido el mercado entre las hermanas de manera que una sabe más sobre nutrición y deporte, otra sobre comida vegetariana y decoración, otra sobre maquillaje… se han especializado para ser referentes por conocimientos y no sólo por estilo de vida.
¿Y dónde quedan los deportistas? Los que tienen una alta visibilidad son influencers por estilo de vida. Y eso se ve fácil en las marcas que les patrocinan, puesto que tienen más de aquellas que no son específicas de su deporte.
¿Y qué les queda a los deportistas de alto rendimiento con menos visibilidad? Convertirse en referentes expertos de su deporte. Para eso, además de hablar de lo que hacen, deben contar también el cómo lo hacen; y así dan la posibilidad a los aficionados de aprender e imitarles. Es posible que, a través de la especialización y su “expertologia” aumente tanto su visibilidad que finalmente gane atractivo para otras marcas más genéricas.
Un ejemplo de esto sería Aida Domenech (Dulceida) en el mundo de la moda. Comenzó hablando de moda, está especializada en ese ámbito, las primeras marcas que la contrataron fueron de ese sector, pero poco a poco fue aumentando su visibilidad y dando a conocer su estilo de vida, y ahora le llegan otras marcas.
Deportistas, demostrad vuestro conocimiento y experiencia ante los deportistas populares y convertiros en influencers.