Nosotros mismos somos el obstáculo principal en la gestión de la marca personal. No me gusta generalizar, pero nos conocemos muy poquito, y lo poco que nos conocemos, lo frenamos con creencias limitantes. De ahí, que el primer escalón a la hora de realizar un proceso de Personal Branding, sea el autoconocimiento.
Vivimos en una sociedad en la que no se mira muy bien a quien sale de la norma. Y, en general, se nos educa para que no salgamos de ella. No mirar, no escuchar, no hablar. O el también famoso “Ver, oír y callar”. Se nos limita a participar, a expresarnos, y el que lo hace, está incumpliendo ciertas normas sociales.
Y eso nos ha llevado a construir un montón de pensamientos y creencias que nos limitan a la hora de progresar personal y profesionalmente. A menudo pensamos que:
• la modestia choca con el reconocer nuestras virtudes y fortalezas
• la visibilidad se enfrenta a la discreción y privacidad
• para mejorar debemos trabajar nuestras carencias o puntos débiles
• no somos tan buenos como para difundir lo que sabemos
Todos esos pensamientos se transforman en miedo, miedo al rechazo de la sociedad ante los que destacan, miedo a lo que más tememos después de la muerte, la soledad.
Solo una fuerte autoestima y un buen entorno social nos permite lanzarnos a la aventura, a experimentar, a ser diferente, a exponernos, a compartirnos. Eso también se trabaja en la fase de autoconocimiento de la gestión de la marca personal.
A los deportistas les pasa igual, siempre decimos que los que llegan son los que tienen la cabeza mejor amueblada y con un entorno que le apoya. ¿No es lo mismo que autoestima y entorno social?
A menudo, y más visible en el deporte, hay una tercera arma, la superación. Sin embargo, es de doble filo. Sólo nos hará sentir realizados si la superación es hacia dentro, no hacia fuera.
Y es que, ante cualquier no del entorno, nos crecemos para demostrar que sí es posible, por cojones. Sí, a veces se logra la meta por cojones, pero no el éxito, porque nos damos cuenta de que la motivación, el dar en las narices al que te decía que no, no merecía la pena, y entonces nos quedamos con una sensación amarga.
En el deporte estamos acostumbrados a competir, y durante mucho tiempo, y aun pasa en algunos deportes, parece que competimos contra otros deportistas, otros equipos, otros países… y no es así. Las cosas que de verdad nos llenan son las que hacemos por nosotros mismos, para sentirnos bien con nosotros mismos, olvidándonos de los demás.
Citius, Altius, Fortius: Más veloz, más alto y más fuerte. Competid, pero hacedlo contra vosotros mismos. Utilizad la superación, pero la interior.
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