Gestionar tu marca personal es tomar decisiones que te representen, te diferencien, te posicionen y te lleven a tu objetivo. Y cuando digo decisiones incluyo todas, desde la más sencilla a la más dura, desde la más grande a la más pequeña, porque los detalles marcan la diferencia.
Hay tres decisiones que especialmente son complicadas de tomar:
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Deseo vs Necesidad – Quiero es pasar tiempo con mi gente, pero lo que necesito es entrenar para estar a pleno rendimiento. Aquí la idea es identificar qué es deseo y qué necesidad, y permitirse encontrar el equilibrio disfrutando de deseos no perjudiciales que te aporten felicidad, alegría, motivación…
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Corto vs Largo Plazo – Puedo entrenar a tope para la próxima prueba, o planear la temporada para llegar en las mejores condiciones a la competición principal del año. Esto es cuestión de gestionar miedos, valorar importancias, confiar y apostar, sabiendo que no siempre tiene porqué salir como esperamos o nos gustaría. ¿Conoces la regla del 10-10-10?
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Yo vs Los demás – Pienso en mí, pero busco la aceptación y aprobación de los demás. Ante la única persona que tienes que justificarte, eres tú mismo. Eso sí, dado que no todas las decisiones que nos afectan dependen de nosotros, y que por muy independientes que seamos vivimos en sociedad y necesitamos a los demás, y que nuestra reputación tiene que ver con la percepción de los demás… trata de aportar información para que los demás puedan entender qué te ha llevado a actuar de esa manera.
En este post te propongo cuatro preguntas para ayudarte a tomar decisiones desde la gestión de tu marca personal:
- ¿En quién me convierto? Dado que a la única persona que tienes que rendir cuentas eres tú, la pregunta es: ¿en quién te convertirías si actuaras de esa o de la otra manera? ¿Qué dice esa decisión de ti como persona? ¿Te representa? ¿Te desvirtúa? ¿Honra tus valores?
- ¿Me acerca o me aleja de mi objetivo? Todo tiene un fin, una meta, algo que queremos conseguir (ojo aquí con no confundir deseo y necesidad)… Así que es importante que, cuando vayamos a decir algo tengamos en mente ese objetivo, esas metas. ¿Suma?¿Resta? ¿Afecta?
- ¿Qué sería lo peor que podría pasar si dijera que sí o que no? Una de las cosas a las que ayuda la gestión de la marca personal es a enfocarte y a aprender a decir no a cosas que nos distraen o nos desvían del camino. A menudo, las seguimos haciendo por el qué dirán, o por no cerrar puertas o perder oportunidades aunque estas no nos acerquen al objetivo. Así que la pregunta es: ¿Qué pasaría si dijera que no? ¿Cómo podría afectarme?
- ¿Cómo entenderán esto los demás? No se trata de qué decidiré para que los demás me acepten… no, ya tengo la decisión tomada y me pregunto qué puedo hacer para que los demás empaticen conmigo y entiendan porqué he decidido esto. Creo que todas o casi todas las decisiones se toman porque en algún momento se ven acertadas. Poca gente quiere hacer algo mal a propósito, puede que haya sido egoísta, que se haya dejado llevar por el momento o el deseo… pero en general, las decisiones se razonan antes de tomarlas y la clave, para con los demás, está más en hacer entender que nos ha llevado a tomarlas, más que la decisión en sí.
Y tú, ¿qué preguntas te haces antes de tomar una decisión? Compártelas en los comentarios