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Trabajar tu marca personal afecta a tu rendimiento

Si nos ponemos tiquismiquis, todo lo que haces a lo largo de las 24h que tiene un día podría afectar a tu rendimiento. Así que la respuesta es sí, trabajar tu marca personal afecta a tu rendimiento. Dicen que te distrae y aumenta la presión, y puede ser, pero eso no es necesariamente malo o empeora la situación. Me explico.

Le damos importancia a lo destacado: el descanso, la alimentación y el entrenamiento. Pero ¿y todas esas pequeñas cosas que también forman parte del día a día? En el último post ya mencioné algunos de los impactos que tu marca puede tener en tu rendimiento, y me gustaría desarrollarlos. 

Solo miramos la presión que nos interesa

El aumento de la visibilidad hace que haya más interés en tus participaciones competitivas, y eso hace que aumente tu percepción sobre las expectativas de los demás, y, por lo tanto, también aumenta la presión. Sí.

La presión y las expectativas ya están de por sí en la vida de los deportistas. No sólo por la autoexigencia de querer ganar, ser el mejor, demostrar el trabajo realizado o sentirse orgulloso de su mejora, que son argumentos igual de válidos, sino que la presión mayor a la que a día de hoy están sometidos nuestros deportistas es la de conseguir resultados para mantener una beca, unos ingresos. 

En la pirámide de necesidades de Maslow, la supervivencia es más importante que la trascendencia. La seguridad, está dos escalones más abajo del éxito. 

Irónicamente, gestionar tu marca y con ella lograr generar ingresos, te da estabilidad económica y te libera de esa presión por resultados que conllevan ingresos. No sé qué piensas tú, pero me parece que, en tema de presión, quita más que genera.

Ponerse en valor aumenta la autoestima y el rendimiento

A la hora de hablar de salud mental en el deporte, y vinculándolo a la retirada competitiva, es la sensación de vacío que deja el deporte, no ya por una práctica y una rutina que se acaba, sino porque el deporte era hasta ahora lo que te garantizaba tu validez y utilidad como persona. La principal vía de reconocimiento exterior era tu rendimiento deportivo, y cuando eso se acaba, entra el miedo de que no haya nada más dentro de ti que sea válido o querido, porque además es difícil que lo sea con el mismo alcance y repercusión que lo ha sido hasta ahora. 

Cuando tenía 18 años, un día de San Valentín, llegué al entreno con unas flores que me había regalado el que por entonces era mi novio. Además del cachondeo de mis compañeras, siempre recuerdo cómo mi entrenador vino hacia mí y me dijo algo así como: “Qué alegría que tengas vida más allá del baloncesto, me tenías preocupado”. 

Es necesario tener vida más allá del deporte, no olvidarte de que además de deportista, eres persona, tener una distracción con la que desconectar, que te haga ver la vida desde otros puntos de vista, y darte el lujo de hacer vida normal de cuando en cuando.

Si algo hace trabajar tu marca personal es descubrir todo lo que hay dentro de ti que es válido, aprovechable, e incluso rentable, más allá de tu rendimiento. Desarrollar tu negocio, aunque sea vinculado al deporte, te hace relacionarte con otras personas, o incluso con las mismas, pero desde otra perspectiva. 

Y además, cuanto mejor te conoces, mejor fluyes. Trabajar tu marca personal refuerza tu autoestima, te pone en valor, te da confianza, y te ayuda a afrontar los miedos, porque sabes que, atravesándolos, está lo que deseas conseguir.  

Todo se puede y se debe entrenar

Ayer vi por redes un fragmento de una entrevista de Quique Peinado a Carolina Marín en la que hablaba de entrenamientos con torniquetes. Sé de deportistas que se someten a perrerías para trabajar su capacidad de adaptarse a las circunstancias y a los imprevistos de la competición. 

Ahora que estamos en plena cuenta atrás para los Juegos Olímpicos, empiezo a ver cómo la presión ambiental, social y mediática aumenta en los deportistas. Ya lo ha hecho durante el periodo de clasificación, y ahora aún se recrudece más. La atención mediática, los eventos institucionales, las campañas publicitarias, incluso las palabras de ánimo de aficionados con los que te cruzas por la calle se convierten en expectativas, en presión. 

Qué necesario es entrenar esto. Y sí, el apoyo psicológico está genial y es necesario, pero más allá de la visualización, es muy difícil simular acciones de este tipo. No hay símil de torniquetes de Fernando Rivas. Para mí, la fórmula para poder entrenar esto es trabajar la marca personal, aumentar la visibilidad durante el resto de años del ciclo olímpico, sacar al deportista de su zona de confort que es entrenar y competir, ayudarle a entrenar su discurso, su mensaje, sus interacciones con sus públicos. No se puede tener a alguien cuatro años casi escondido, que le vaya tan bien deportivamente que logre un oro olímpico, y a los cinco minutos sacarle a los leones sin preparación (mental y comunicacional) alguna. 

Trabajar tu marca personal también incluye a tu equipo

No voy a entrar en explicar que los miembros de tu equipo, e incluso el comportamiento de tu familia y entorno influye en la percepción de tu marca, ni que tu trabajo de gestión de marca personal te ayudará a identificar qué personalidades quieres dentro de tu equipo de trabajo para la mejora de tu rendimiento y tu bienestar, que a veces nos olvidamos de esto último. 

Es importante que todo tu equipo reme en la misma dirección, que acepten el proceso que quieres realizar y se ajusten al plan. No voy a venir yo ahora a cambiar a tu entrenador, pero sí que me gusta poner el ejemplo de Ana Peleteiro, de cómo planifica sus eventos sociales y de imagen, dentro de la programación de sus entrenamientos con Iván Pedroso, de cómo incluso el comportamiento de éste, y la relación entre ambos, ayuda a reforzar, con contenidos, el posicionamiento de ella. 

Y ya lo he mencionado en este artículo, es importante del acompañamiento psicológico para ayudarte a gestionar esa visibilidad, esa repercusión, y esas expectativas que se transforman en presión, para hacer como a Ana, y que remen a favor, que sean una dosis extra de energía, que te reten, te “pongan” y motiven en competición. 

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