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La carrera deportiva desde otro punto de vista

Spoiler, opinión impopular. Este post viene muy de la mano del artículo que publiqué la semana pasada sobre la carrera del deportista profesional. En él hablabamos de los paralelismos con las carreras profesionales del resto de los mortales y desmitificábamos ese miedo de llegar tarde al mercado laboral. Pero hoy, voy mucho más allá. Quiero contaros la carrera deportiva desde el punto de vista que yo propongo, que tiene poco en común con el actual. 

Vamos a ver primero cómo funciona ahora mismo el deporte. Una persona en su juventud decide apostar por su disciplina. Prácticamente deja toda su otra vida a un lado, sacrifica su tiempo libre, con familia y amigos, deja a un lado muchas de las experiencias propias de la edad y las sustituye por otras. Tiene un objetivo que entiende merece la pena ese coste de oportunidad. 

Muchos deportistas creen que el sistema del deporte actual es una línea recta. Entrenas, ganas, tienes visibilidad, llegan los patrocinadores, ingresas dinero, te retiras y empiezas de cero en otra profesión. 

Primero, esto no es así, el ganar no te asegura visibilidad ni patrocinadores. Segundo, lo de empezar de cero, mejor que no sea así. Construye con tiempo tu transición profesional y para ella aproveches tus conocimientos, experiencias y contactos. Tercero, para afrontar esa retirada con más seguridad te han recomendado hacer la carrera dual. Es decír, estudiar a la veza que compites, lo conlleva cansancio y estrés, y no poner todos tus recursos en tu objetivo. Cuarto, este camino será así, y más largo o más corto, en función de la apuesta económica que tu federación pueda hacer por ti. Todo dependerá de las becas y subvenciones que recibas en función de donde hayas nacido o residas, y de los recursos económicos propios o familiares que tengas.

Lo económico condiciona muchísimo el deporte

Demasiado. Tener dinero te permite no tener que tener un trabajo extra como monitor de actividades extraescolares, lo que te permitirá descansar más; tener un equipo de trabajo que te ayude a mejorar tu rendimiento, poder acudir a competiciones internacionales que tu federación no alcanza a pagar, o viajar a estas en mejores condiciones, lo que en realidad te permite tener más oportunidades y más opciones. Sin olvidarnos de mencionar la presión extra que supone competir sabiendo que está en juego la beca que te mantiene. 

Según ese sistema lineal con el que funcionamos actualmente, es como si fuera una pescadilla que se muerde la cola. Solo hay que ver ejemplos de deportistas de disciplinas minoritarias cuando destacan. El tiempo que tardan en lograr rentabilizar económicamente su profesión es desde la primera o incluso segunda medalla olímpica (y a veces ni con esas). 

Muchas veces comienzan a rentabilizarlo cuando ven cómo se acerca la fecha de la retirada. Y esto ocurre porque, hasta ese momento, no ha entendido cómo conseguirlo. No ha entendido cómo funciona el negocio del deporte, no ha sabido transformar quién es y lo que hace en vías de ingresos. No ha sabido relacionarse con patrocinadores, no ha sabido gestionar sus redes sociales, crear comunidad, generar contenidos de valor…

¿Y si cambiamos las reglas?

Me cuesta entender que, cuando una persona apuesta por su carrera deportiva, se le insista en la importancia de formarse para cuando se retire, o por si se lesiona, más que en formarse para sacar el máximo provecho a lo que va a hacer al menos durante los próximo quince años si todo va bien. 

No digo que haya que tener una formación pensando en el futuro, pero igual por pensar en el largo plazo nos estamos olvidando del corto. Conozco deportistas que, durante su etapa deportiva han llegado a comenzar dos y hasta tres carreras, bien porque no saben lo que quieren hacer o bien porque su vida deportiva les condiciona poder estudiar una carrera que requiere muchas clases presenciales y prácticas. Y aquí viene una pregunta seria, ¿alguien se acuerda de lo que estudió en la carrera diez años después? 

¿Qué sentido tiene hacer que alguien no ponga todos sus esfuerzos en su objetivo pensando en un por si acaso que no sabemos si llegará? 

En Marca Personal Deportiva proponemos a deportistas, federaciones e instituciones públicas cambiar las reglas, modificar el orden de las prioridades. Entrenas, sí, pero a la vez trabajas tu visibilidad y tu marca, lo que te genera ingresos propios y por patrocinio que te dan la estabilidad económica para centrarte en tu carrera deportiva, te ayudan a rendir mejor y así conseguir las medallas. Y sí, si quieres, puedes ir formándote para tu profesión futura, pero también ir generando otras vías de ingresos en el presente rentabilizando tu marca personal. 

No te voy a decir que el camino no vaya a ser igual de duro, pero sí que tendrás más ingresos, más estabilidad y más reconocimiento. No es fácil, hay que trabajar, pero hará que los ingresos lleguen a tiempo para apostar por tu carrera, y no cuando tu carrera ya está acabando, de manera que podrás reinvertirlo en tu carrera, mejorar tu rendimiento y por supuesto, tener mucha más estabilidad económica.

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